Un día más de rutina londinense

Un día más. Vuelve la rutina después del paso del ciclón Garnica-Jiménez. Sigo buscando trabajo sin mucha suerte por la zona de King Cross y Angel. Eso sí, hoy dedico la entrada de mi blog a todos aquellos generosos que gastan las pilas/baterías de sus reproductores de música para todos nosotros en el metro. En serio, no es necesario que os toméis esas molestias... ¡Estoy intentando leer!

(Una pequeña dedicatoria de corazón 'marcada' para todos ellos)

Un día falto de sorpresas. Además, me olvidé la cámara en casa y las fotos que subo son sacadas con el móvil, así que la calidad de todas no es perfecta. Perdón.

Me fui a la zona de King Cross y Angel a ver si encontraba algo, ya que era una zona que no había visitado todavía. Y bueno, tampoco fue una visita apasionante.

(Inevitable cantar De cero a héroe de Hércules, ¿eh Ángela?)

Me imaginaba que sería una zona con muchísimos más bares y restaurantes pero no había tantos como me esperaba. Eso sí, la estación de King Cross es muy bonita, la verdad. Pensaba que era más pequeña pero en realidad es un edificio muy grande.

(El barrio de King Cross y la estación... ¿os suena? Sumarle un Ford Anglia azul del 63 volando)

Poco a poco me fui acercando al centro, ya que como ya os he dicho más de una vez, en Londres puedes llegar a todos los sitios andando. Hay muchísimos mapas de las zonas con los que guiarte y me parece que es una ciudad en la que merece la pena callejear. De esta manera encuentras pequeños sitios como un parque muy tranquilo con una estatua dedicada a la meditación en la que, como comentaban unas mujeres, todos los días hay gente que le lleva flores. La verdad es que relaja un parque así en medio de la ciudad, como aquellos de los que hablaba en la entrada anterior. Además, debido a la Cuaresma, durante cuarenta días y cuarenta noches se pueden encontrar más de doscientos huevos por todo Londres con una serie de códigos. El juego consiste en recopilar todos los códigos y mandarlos por mensaje a un número y al final de esos días, el primero que mandó el mayor número de códigos será recompensado con cien mil libras. No es broma, pero ahora no estoy a eso. Hay huevos muy chulos ya que todos son diferentes, con distintos dibujos, formas... 

 

(La plaza de la meditación y uno de los huevos)

Acabé en Oxford Street porque al final en esta ciudad todos los caminos llegan a esta calle (bueno, y a Covent Garden). De ahí me bajé a Picadilly por las calles menos conocidas a ver si encontraba algún sitio para echar el CV y, aunque encontré varios, no fueron muchos. Acabé en la calle Picadilly, cerca de una pastelería donde vendían macaroons de todos los sabores posibles (dieciocho exactamente). Son mi espina clavada, no he conseguido hacerlos bien nunca y es que son uno de los postres más de moda pero más difíciles de hacer por la paciencia que hay que tener. Además, son muy caros. Cada uno vale como una libra y veinticinco peniques. Sí, la repostería en Londres no es barata.

 

(Macaroons y una fachada de la calle Picadilly que me encanta)

Y me fui al bar al que me mandó la agencia. Se llamaba Pix Pintxos y, como leéis, apenas suena a español. El sitio no era muy grande pero estaba muy bien. Sólo estaba un camarero y era inglés así que contento ya que creía que me iba a encontrar un bar de estos castizos y con camareros spanish. Pero no fue así por lo que no me importó dar el CV. Y así terminó la Operación CV de ayer. Me volví a casa pronto y me puse a ver dos series: Smash y Revenge. Llevo un retraso considerable en casi todas las series pero, algún día, volveré a alcanzaros. Además, estuve hablando con mi madre una hora por Skype. Sí, yo tampoco me lo creo, pero llevábamos una semana sin hablar porque ha estado de vacaciones. Algunos saben muy bien cómo montárselo. En fin, os dejo por hoy ya que me voy a preparar para irme en breves. El destino de hoy es la zona de Liverpool Street-Bank. A ver si hay más suerte.

PD: ¡¡FELICIDADES A MI TÍO JAVIER!!